La rizartrosis es una enfermedad crónica degenerativa que afecta la articulación trapecio-metacarpiana, causando dolor, rigidez y limitación del movimiento en la base del pulgar. Es más común en mujeres mayores de 50 años, aunque puede presentarse en cualquier persona. Las causas incluyen el envejecimiento, actividades que requieren movimientos repetitivos de pinza o fuerza en el pulgar, predisposición genética, género femenino y obesidad. Los síntomas incluyen dolor intenso, dificultad para mover y sujetar objetos, rigidez e inflamación articular. El tratamiento puede ser conservador con el uso de muñequeras, ejercicios y consejos, o quirúrgico en casos graves.
El Dr. Pau López Osornio nos explica qué es la rizartrosis y todo lo que necesitas saber si tienes problemas en esta articulación de la mano:
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¿Qué es la rizartrosis y cuáles son sus causas?
La rizartrosis es una enfermedad crónica que afecta la articulación trapecio-metacarpiana, ubicada en la base del pulgar. Esta condición degenerativa provoca dolor, rigidez y limitación en el movimiento del pulgar, lo que puede dificultar la realización de tareas diarias.
Envejecimiento y predisposición genética
El envejecimiento es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar rizartrosis. A medida que envejecemos, nuestros tejidos articulares se desgastan y pierden su capacidad de mantenerse sanos y funcionales. Además, existe una predisposición genética que puede influir en el desarrollo de esta enfermedad, ya que algunas personas tienen una mayor vulnerabilidad a sufrir daño en la articulación trapecio-metacarpiana.
Actividades que pueden contribuir a la rizartrosis
Existen ciertas actividades o movimientos repetitivos que pueden contribuir al desarrollo de la rizartrosis. Aquellas personas que realizan movimientos de pinza o ejercen fuerza constante en el pulgar, como los músicos, carpinteros o profesionales de la salud, corren un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad debido a la tensión constante en la articulación.
Factores de riesgo como género femenino y obesidad
La rizartrosis es más común en mujeres mayores de 50 años. Aunque no se ha determinado la causa exacta de esta disparidad de género, se cree que los cambios hormonales y la estructura anatómica de la mano pueden jugar un papel importante. Además, la obesidad también se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar rizartrosis, ya que el exceso de peso ejerce una mayor presión sobre las articulaciones, acelerando su desgaste.
Síntomas y diagnóstico de la rizartrosis
La rizartrosis se caracteriza por provocar diversos síntomas que afectan la base del pulgar y pueden generar dificultades en la movilidad y el uso de la mano. A continuación, se describen los síntomas más comunes de esta enfermedad:
Dolor intenso en la base del pulgar:
Una de las principales manifestaciones de la rizartrosis es el dolor intenso que se experimenta en la zona de la articulación trapecio-metacarpiana, es decir, la base del pulgar. Este dolor puede ser constante o intermitente, y suele agravarse con el movimiento o el uso de la mano.
Dificultad para mover y sujetar objetos:
La rizartrosis puede ocasionar dificultad para realizar movimientos específicos del pulgar, como agarrar objetos pequeños o realizar movimientos de pinza. Esta dificultad puede afectar la capacidad de realizar actividades cotidianas, como escribir, abrir recipientes o abrochar botones.
Rigidez e inflamación articular:
En muchos casos, la rizartrosis provoca rigidez en la articulación afectada, lo que dificulta aún más los movimientos del pulgar. Además, es común que se produzca inflamación en la zona, lo cual puede contribuir al aumento del dolor y la limitación en la movilidad.
Evaluación y diagnóstico médico de la rizartrosis:
Para diagnosticar la rizartrosis, es fundamental acudir a un especialista en traumatología o reumatología. El médico realizará una evaluación clínica de los síntomas, realizará preguntas sobre la historia clínica y realizará pruebas físicas. Además, puede ser necesario realizar radiografías para confirmar el diagnóstico y evaluar el grado de degeneración de la articulación.
Tratamiento y manejo de la rizartrosis
El tratamiento de la rizartrosis puede variar dependiendo del grado de la enfermedad y la sintomatología presentada. En casos leves a moderados, se emplea un enfoque conservador que incluye el uso de muñequeras adaptadas a cada momento del día, tanto diurnas como nocturnas, así como la realización de ejercicios específicos para fortalecer la articulación. Además, se brindan consejos para el manejo de las actividades cotidianas que puedan afectar la articulación del pulgar.
Tratamiento conservador: muñequeras, ejercicios y consejos
Para aliviar el dolor y la inflamación en la base del pulgar, se recomienda el uso de muñequeras especialmente diseñadas que brindan soporte y estabilidad a la articulación afectada. Estas muñequeras son adaptables a diferentes situaciones, como la realización de tareas domésticas, la práctica de deportes o la realización de actividades que requieran un esfuerzo repetitivo del pulgar.
Además, se realizan ejercicios específicos para fortalecer la musculatura que rodea la articulación trapecio-metacarpiana. Estos ejercicios implican movimientos suaves y controlados, que se enfocan en mejorar la movilidad y la resistencia de la articulación. Es importante realizarlos bajo la supervisión de un especialista o fisioterapeuta, para asegurar una correcta ejecución y prevenir lesiones adicionales.
Junto con las muñequeras y los ejercicios, se brindan consejos prácticos para gestionar las actividades diarias. Se aconseja evitar movimientos repetitivos o esfuerzos intensos con el pulgar, así como utilizar técnicas adecuadas para sujetar objetos, como la pinza lateral o el apoyo del pulgar en posición neutral. El descanso regular de la articulación también es fundamental para evitar sobrecargas y reducir la inflamación.
Medicación para aliviar el dolor y la inflamación
En casos en los que el manejo conservador no resulte suficiente para controlar los síntomas, se puede recurrir a la medicación para aliviar el dolor y la inflamación. Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) son comúnmente utilizados para reducir la inflamación y el malestar en la articulación. Es importante tomar estos medicamentos bajo prescripción médica y seguir las indicaciones respecto a la dosis y la duración del tratamiento.
Cirugía como opción en casos graves
En casos graves de rizartrosis, cuando la sintomatología es incapacitante y no se obtiene mejoría con el tratamiento conservador, puede considerarse la opción quirúrgica. Existen diferentes técnicas quirúrgicas que pueden llevarse a cabo, dependiendo del estado de la articulación y las necesidades del paciente.
Entre las opciones quirúrgicas se encuentran la extirpación del trapecio y la colocación de un injerto tendinoso, la extirpación del trapecio y la colocación de un sistema de suspensión llamado ‘MiniThighrope’, y la colocación de una prótesis trapecio-metacarpiana. La elección de la técnica se basa en la actividad del paciente y el estado de su articulación.
Es importante destacar que la cirugía requiere un período de recuperación que puede durar aproximadamente tres meses, y que los resultados suelen ser exitosos en términos de alivio del dolor y mejora en la movilidad de la mano afectada.
Es fundamental seguir las indicaciones de los profesionales sanitarios especializados en el tratamiento de la rizartrosis, para obtener los mejores resultados y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta condición.
Recomendaciones para mejorar la movilidad de la mano afectada
Ejercicios específicos para fortalecer la articulación
Realizar ejercicios específicos para fortalecer la articulación afectada por la rizartrosis puede ser de gran ayuda para mejorar la movilidad y disminuir el dolor. Algunos ejercicios recomendados incluyen:
- Ejercicio de extensión del pulgar: Sitúate con la mano afectada apoyada en una superficie plana. Luego, estira el pulgar hacia afuera, sin forzar demasiado, manteniendo la posición durante unos segundos y luego relajando.
- Ejercicio de pinza con goma elástica: Utiliza una goma elástica suave y colócala alrededor de los dedos. Luego, realiza movimientos de abrir y cerrar la mano, sintiendo la resistencia de la goma. Repite este ejercicio varias veces.
- Ejercicio de masaje con pelota: Coloca una pelota pequeña en la palma de la mano y realiza movimientos circulares suaves, presionando la pelota ligeramente. Esto ayudará a mejorar la circulación y aliviar la rigidez.
Cuidados y precauciones en las actividades diarias
Para mejorar la movilidad de la mano afectada por la rizartrosis, es importante tener en cuenta ciertos cuidados y precauciones en las actividades diarias. Algunas recomendaciones incluyen:
- Evitar movimientos bruscos: Trata de realizar movimientos suaves y controlados, evitando gestos bruscos que puedan ejercer presión sobre la articulación.
- Utilizar utensilios adaptados: Utiliza utensilios ergonómicos especialmente diseñados para facilitar el agarre y reducir el esfuerzo de la mano, como abrelatas con mango grande o utensilios con asas de goma antideslizante.
- Descansar y alternar actividades: Evita sobrecargar la articulación afectada realizando pausas y alternando actividades que requieran un esfuerzo excesivo de la mano.
Apoyo psicológico y terapias complementarias
Junto con los ejercicios físicos y los cuidados diarios, el apoyo psicológico y algunas terapias complementarias pueden contribuir a mejorar la movilidad de la mano afectada. Algunas opciones son:
- Terapia ocupacional: Un terapeuta ocupacional puede enseñarte técnicas y adaptaciones para realizar actividades diarias de manera más eficiente y reducir el estrés en la articulación afectada.
- Terapia cognitivo-conductual: Esta terapia puede ayudarte a manejar el dolor crónico y a enfrentar los desafíos emocionales relacionados con la rizartrosis, ofreciendo herramientas para mejorar la calidad de vida.
- Técnicas de relajación y respiración: Prácticas como la meditación, la respiración profunda y el yoga pueden ser beneficiosas para reducir la tensión muscular y el estrés mental, contribuyendo a mejorar la movilidad de la mano afectada.
Prevención de la rizartrosis
La rizartrosis es una enfermedad degenerativa que afecta la articulación del pulgar, causando dolor y limitación del movimiento. Aunque no se puede prevenir completamente, existen medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollar esta condición y mantener una articulación del pulgar saludable.
Medidas para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad
Para reducir el riesgo de desarrollar rizartrosis, es importante tener en cuenta las siguientes medidas:
- Mantener un peso saludable: el sobrepeso y la obesidad ejercen mayor presión sobre las articulaciones, incluida la articulación del pulgar. Mantener un peso adecuado puede ayudar a reducir el estrés en la articulación.
- Evitar movimientos repetitivos y mantener una postura adecuada: actividades que requieren movimientos repetitivos del pulgar, como el uso excesivo de dispositivos móviles o de teclados, pueden aumentar el riesgo de desarrollar rizartrosis. Es importante tomar descansos regulares, realizar ejercicios de estiramiento y mantener una postura adecuada durante estas actividades.
- Proteger la articulación del pulgar durante las actividades físicas: utilizar protección adecuada, como guantes o muñequeras, al realizar actividades deportivas o laborales que impliquen movimientos que puedan dañar la articulación.
- Evitar lesiones en el pulgar: tomar precauciones al realizar actividades que puedan causar lesiones en la articulación, como caídas o golpes. En caso de sufrir una lesión en el pulgar, es importante buscar atención médica y seguir las recomendaciones de tratamiento.
Hábitos saludables y cuidado de la articulación del pulgar
Además de las medidas específicas para reducir el riesgo de rizartrosis, es importante adoptar hábitos saludables que beneficien a todas las articulaciones del cuerpo, incluyendo la articulación del pulgar:
- Mantener una dieta equilibrada: consumir una alimentación rica en nutrientes puede ayudar a mantener unas articulaciones saludables. Incluir alimentos como frutas, verduras, pescado y alimentos ricos en calcio y vitamina D, puede contribuir a la salud de las articulaciones.
- Realizar ejercicio regularmente: mantener una rutina de ejercicio que incluya ejercicios de fortalecimiento muscular y estiramiento puede ayudar a mantener la flexibilidad y fuerza de las articulaciones, incluida la articulación del pulgar.
- Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol: el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol pueden afectar negativamente a la salud de las articulaciones. Evitar estas sustancias puede contribuir a la prevención de enfermedades degenerativas como la rizartrosis.
- Seguir las recomendaciones médicas: en caso de padecer condiciones médicas crónicas, como artritis u otras enfermedades articulares, es importante seguir las recomendaciones del médico para mantener un adecuado cuidado de las articulaciones.
Al adoptar estas medidas de prevención y hábitos saludables, se puede reducir el riesgo de desarrollar rizartrosis y mantener una articulación del pulgar en óptimas condiciones.
Dr. Joaquín Casañas
Dr. Joaquín CasañasDr. Joaquín Casañas es un especialista destacado en cirugía ortopédica, traumatología, pero sobre todo en nervio periférico, plexo braquial y cirugía de la mano, de cuyas 3 especialidades atesora un gran prestigio internacional. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Central de Barcelona en 1988, completó su formación como médico residente (MIR) en la Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge. Cuenta con el Diplomado Europeo en Cirugía de la Mano desde el 2000. Ha trabajado en diversas instituciones, incluyendo el Hospital de Meritxell en Andorra y el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona. Desde 1994, es médico adjunto en el servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge. Además de su práctica clínica, ha contribuido con numerosas publicaciones científicas y capítulos de libros en su campo. En la actualidad da conferencias en diferentes congresos internacionales en relación a sus principales especialidades, además de dirigir Traumaunit, la unidad de traumatología de Teknon en Barcelona.