Procedimientos

Epitrocleítis

Preguntas y respuestas

La epitrocleítis, también conocida como codo de golfisfa, es la inflamación de la inserción tendinosa en la epitróclea, del grupo del tendón conjunto de los flexores  y del tendón del pronador. Provoca dolor en el codo que se localiza en la cara interna del mismo.

La epitrocleítis se diagnostica mediante exploración física, anamnesis, dolor en la zona a la palpación en la zona de la epitróclea. En los casos de cronificación el dolor es independiente del esfuerzo o al movimiento repetitivo que en su origen lo provocó. En las radiografías acostumbran a ser normales. En los casos crónicos puede observarse alguna pequeña calcificación en la zona de la inserción.
Normalmente se requiere una resonancia.

Intentamos no operar, utilizando tratamientos conservadores al igual que  en la epicondilitis. El tratamiento que realizamos es variación posturas en la ergonomía del trabajo o del deporte  (al realizar el swing) y se prescribe medicación analgésica y antiinflamatoria.  Es habitual la colocación de cinchas que reduce a fuerza de tracción que ejercen los músculos sobre la inserción tendinosa, permitiendo amortiguar la vibración permitiendo aliviar la inflamación y el dolor. Siempre será necesaria la fisioterapia rehabilitadora. Si esto fracasa ya entramos en el ámbito de las infiltraciones que pueden ser de PRP (plasma rico en plaquetas), pueden ser de ácido hialurónico o también pueden ser de derivados de la cortisona.
Llegamos a la cirugía en el caso que fracasen todas estas alternativas o terapias previas.

Esta cirugía la efectuamos mediante cirugía convencional abierta. Lo que hacemos es una desinserción de este tendón conjunto que tiene una tendinosis, una degeneración del tendón. Esto se puede implementar con perforaciones a nivel del hueso, micro fracturas,  consiguiendo una neovascularización, un ambiente favorable para la regeneración.

 

Casi conseguimos una recuperación total, si bien debemos decir que los resultados no son los mismos que con la epicondilitis en la que los resultados son de recuperación al cien por cien.
En estos casos inmovilizamos con una férula braqueoanteobraquial durante dos o tres semanas y después iniciamos rehabilitación.

Como ya hemos indicado tras la inmovilización y retirada de las suturas quirúrgicas, procederemos a iniciar la rehabilitación con fisioterapia. Se podrá iniciar la actividad laboral o deportiva a los tres meses de la cirugía.

Estamos empezando a experimentar la cirugía de la epitrocleítis mediante artroscopia, al igual que hacemos con la epicondilitis, pero todavía no podemos avanzar mucho más al respecto.